Nací en Jaén, el 15 de Julio de 1.973, en una pequeña ciudad al norte de Andalucía (España). Mis padres me bautizaron con el nombre de José Ángel. Siempre me he sentido muy afortunado, mi infancia transcurrió en un colegio a las afueras de la ciudad, y pude tener un gran contacto con la naturaleza.
Mi vida ha transcurrido entre dos ciudades, Jaén y Málaga. Pasaba todos los veranos en Málaga, donde aprendí a practicar Windsurf. A los 21 años me trasladé definitivamente a Málaga, donde vivo actualmente. Siempre digo que mi cuerpo nació en Jaén, mi corazón pertenece a Málaga y mi alma vive en Tarifa. Actualmente trabajo con la idea de trasladarme algún día a vivir a Tarifa.
Aprendí Windsurf a los 14 años en una escuela de Málaga, gracias a mi tío Antonio. Es una persona extraordinaria, aparte de sentirlo como un padre, ha sido un gran maestro para mí. Yo creo que en vidas anteriores fue un gran maestro Zen.
El Windsurf me ha enseñado, que para alcanzar grandes logros, hay que hacer grandes sacrificios. No es un deporte fácil, es muy difícil, pero no he encontrado ninguna actividad en mi vida, que me haya dado tanta satisfacción. Te mantiene en contacto total con la naturaleza y muchas veces, cuando navego de vuelta a la orilla, lo único que siento es gratitud.
El Windsurf me ha enseñado, que para alcanzar grandes logros, hay que hacer grandes sacrificios. No es un deporte fácil, es muy difícil, pero no he encontrado ninguna actividad en mi vida, que me haya dado tanta satisfacción. Te mantiene en contacto total con la naturaleza y muchas veces, cuando navego de vuelta a la orilla, lo único que siento es gratitud.
En momentos muy difíciles de mi vida, empecé a practicar meditación, sin saber a donde me llevaría. La meditación no es un camino fácil, en mis 6 primeros meses, no conseguí comprender para qué servía, pero algo dentro de mí, me empujaba a seguir practicando. Mantener el cuerpo en quietud y silencio no es tarea fácil. Ya son muchos años practicando, y ahora no puedo vivir sin meditar a diario.
Hace 3 años me miré a un espejo y me costó reconocer a la persona que se reflejaba en el. Decidí romper con todo, e inicié un profundo camino para descubrir una verdad, mi verdad, mi autentica verdad. Fue un proceso de autoconocimiento en el que descubrí quien soy en realidad. Conocí a aquel maravilloso niño que fui y recordé todos los sueños de mi infancia, me reconcilié con mi pasado y empecé a aceptarme.
En este momento nació el Buda Windsurfista, caminando junto a él, descubrí que lo más importante en la vida, es el amor. Deje de gobernar mi vida desde mi pensamiento, para empezar a gobernarla desde mi corazón y todo empezó a tener sentido para mi.
Ahora puedo recordar todo...
Ahora puedo comprender todo...
Ahora si puedo sentir todo...
Ahora puedo recordar todo...
Ahora puedo comprender todo...
Ahora si puedo sentir todo...
Le quiero dar las gracias a esa energía llamada amor, por darme la oportunidad de ser El Buda Windsurfista. Espero poder serviros con humildad y gratitud.